Cuento-Poema Sensual: “CATALEJO DE UN MILLÓN” (esp)

Cuento-Poema Sensual:

“CATALEJO DE UN MILLÓN”

(en castellano)

 

 

En el edificio que vivo

casi nunca pasa nada,

es la rutina de siempre

un edificio normal.

 

Pero en el otro edificio

de frente pa´ mi ventana,

vi una chica tan hermosa

que casi me enamoré.

 

Está a unos setenta metros

y yo realmente veo mal

y para empeorar las cosas

los anteojos... ¿dónde están?

 

Corrí hasta la antesala

para ver si estaban allá

por supuesto, no estaban,

y yo cansado de buscar.

 

Me recosté y me acordé

que los había dejado

en la escribanía principal

la de  la computadora.

 

¡Fue un alivio encontrarlos!

ahora lo recuerdo bien

que corrí hasta la ventana

para “encontrarme con ella”.

 

Creo que demoré mucho

porque ya no estaba más

entonces me di una ducha

y salí pa´ trabajar.

 

Cada tarde que volvía

yo entraba al apartamento

abría luego la ventana

para ver si estaba allá.

 

Una tarde tuve suerte

nunca lo iba a imaginar

ella apareció en la ventana

yo “volví a respirar”.

 

Pero luego me di cuenta

que aun con luz y anteojos

no podía ver los detalles

y eso me dejó muy mal.

 

Fui directo a la oficina

prendí la computadora

y sin pensarlo dos veces

comencé a investigar.

 

Navegué durante horas

en los sitios de internet

procurando un catalejo

que sirviera para mí.

 

Pero, el que me gustaba

costaba un millón de pesos

¡Mala suerte! Yo me dije…

y apreté el botón comprar.

 

Me lo trajeron prontito,

dos días para llegar,

agarré todas las piezas

y lo empecé a armar.

 

Su base era muy buena

hasta lo podía regular

quedó a la altura perfecta

después... era sólo esperar.

 

Hasta que en fin una tarde

ella apareció de nuevo,

nunca me vi tan feliz

ahora podía verlo todo.

 

Pero estaba diferente…

de ropa intima transparente,

casi me dio un ataque

no sabía lo que hacer.

 

Intenté calmarme un poco

aumenté un poco la lente,

no imagina usted mi amigo

lo que pasaba en mi mente.

 

Luego se puso de espaldas

comenzó a estirarse

te juro, en ese momento,

comencé a desesperarme.

 

Lo peor fue al agacharse

 así... a “noventa grados”

y yo al ver todo ese culo

ya quería suicidarme.

 

Ahí… comencé a delirar...

me imaginé un astronauta

cuando ve al planeta tierra

desde su nave espacial.

 

 

 

Poema de Fernando Yepes

Poema del Gringo Hispano

Porto Alegre, RS, Brasil.

Jueves 25 de Marzo de 2025.

 

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